Escena en el Copacabana de Barcelona, Lejos de los árboles (1961-1970)
Flamecamp (se) interroga sobre dicho sexo y su campo de pensamiento. Intentando llegar a un diálogo que esclarezca su papel, no sólo en el flamenco, sino en los estudios culturales y las teorías y prácticas feministas, por medio de la reelaboración de la memoria popular nacional, esto es, la memoria popular del Estado Español en su relación y hermanamiento con la contracultura sureña. Cuestionar conceptos y temporalidades, confrontándolos con la producción micropolítica del Sur. Un Sur, que como apunta Beatriz Preciado, «no es simple emplazamiento geográfico, sino una contra-topia que permite deconstruir los saberes y las prácticas capitalistas y coloniales del Norte»[1]. Y una figura, la del ángel flamecamp, que pone en cuestión las técnicas falocentristas de producción de la diferencia sexual y sus formas de reproducción cultural.
– Lo flamecamp[2]
– ¿El qué?
– Lo «flame», lo «camp»… el ángel flamenco camp: el desaforado y fiestero corren por sus venas, también la sangre melancólica de un «desviado» y subversivo Pierrot[3] harto ya de un mundo. Preso de una sociedad de normas ancladas en el hastío del vivir de una burguesía con sueños depravados y formas pulcras, e hijas de los lodos primigenios de un Tánatos ya dislocado por la liberación del cuerpo contemporáneo.
– Hibris con un origen folklórico andaluz, sureño, campceptualismos del Sur[4]. La fiesta de los locos, una casa para la bastardía. La invención de la histeria en la Salêtriêre[5]. Ocaña convertido en el ángel de la histeria por Pedro G.[6], ¿Y es qué acaso no lo es?
– «¿Qué es esto? ¿Hombres que se rebautizan con nombre de mujeres? ¿Sucursales de Sodoma?»[7]… Heterotópico, Homoerótico, Hiper-Exotico. Cementerios flamenco humanoides. Ritualizando el cuerpo político[8]. Temporalidad social construida[9], apariencia de sustancias[10].
– Mostremos el cuerpo completamente grabado de la historia ¡Eso quiere Foucault![11], ¿Y si este cuerpo es el de un ángel? Pero los ángeles no tienen sexo sólo cuerpo. «El cuerpo es la superficie grabada de los acontecimientos».
– Habitantes en el margen, un lumpen subversivo y trans
– ¿Trans qué? trans todo…
– … las siete yeguas del Apocalipsis flamenco: bollos, maricones, travestidos, queer, cipple, trans, y cipple-queer. La sangre del duende es el alivio de lo «monstruoso». Foucault habla de los «anormales»[12], el flamenco los acoge y el duende los disloca. Cuerpo.
– ¿Y tú qué cuerpo eres?
– Yo soy un ángel flamenco, canalla y putero. Soy un cuerpo sin sexo, sin genero. Butler y Witting ya lo sabía, Esther Newton y su Mother camp tb… Yo soy «la» «travestida» que desactiva las divisiones falocentristas, el espacio psíquico interno y externo. Soy ese cuerpo que se burla de la norma y rechaza la identidad de un sexo. Somos el Anti-Édipo con alas, «para nosotros no hay uno ni dos sexos, sino muchos (…): hay tantos sexos como individuos»[13]. Y es que el sexo no tiene por que ser de carne, es imaginado, un órgano secreto que Didi-Huberman[14] ve en los pliegues de Explosante fixe[15]. Es lo informe y lo que da forma a otra cosa que ya no es lo querían que fuera. Es el órgano secreto y subversivo que dibujan en el espacio las llamas de un ángel trans en el Copacabana de Barcelona[16]. Pliegue a pliegue, poco a poco, llama a llama, la estrella en el aire dibuja su danza. ¿Y quién canta?… nadie, la vieja bailaora gitana la Malena grita «¡Olé! ¡Eso tiene duende!»[17] un fragmento de Bach inunda la sala.
– Al duende no le importa el sexo, ni el genero, sólo dislocar los cuerpos! Serpiente de Laocoonte que con su sinuoso movimiento contorsiona los cuerpos. Los construye, de-construye, los asfixia y los hace arder. El ángel es penetrado por el duende. Dildo de sangre y semen… Lorca lo sabe bien[18].
– Sobre lo trágico y lo erótico en Andalucía nadie sabe más que Bataille.
– Arsenal sexo-político de la memoria. Cuerpos dislocados, cuerpos fragmentados, cuerpos adheridos: reformulando un arte popular, subversivo y contracultural. Generar un imaginario de las revoluciones sexuales de la cultura popular flamenca venidas, y por venir, esto es la clave de flamecamp.
– lo camp… lugar de confinamiento, el campo de prisión de la «llama», del alma, de la ala.
– El ángel flamecamp quema sus alas… un travesti ardiendo en el Copacabana[19].
– Ocaña arde en llamas[20]…
[1] Beatriz Preciado, Campceptualismos del sur. Tropicamp, políticas performativas y subalternidad, (texto de seminario), PEI MACBA 19-20 Noviembre, 2012. p.1
[2] Termino designado por la A.N, en oposición y hermanamiento al acuñado por Hélio Oiticica de Tropicamp. Para que así, estos dos conceptos de resistencia sureña se levanten frente a las estéticas queer anglosajonas que hasta la fecha ostentan el monopolio ideológico. Y en ultima instancia, saque y re-ubique las imágenes contraculturales claves, y pocas veces reconocidas, de dicha cultura popular.
[3] VV. AA., Miguel Ángel García, «Fantasías funambulescas», La noche española. Flamenco, vanguardia y cultura popular 1865-1936, Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía, Madrid, 2008. pp. 115-116.
[4] Campceptualismos del sur Tropicamp, políticas performativas y subalternidad, Seminario dirigido por Beatriz Preciado, PEI MACBA 19-20 Noviembre, 2012
[5] Georges Didi-Huberman, La invención de la histeria. Charlot y la iconografíaa de la Salêtriêre, Ensayos Arte Cátedra, Madrid, 2007.
[6] VV. AA., Pedro G. Romero, «Ocaña: El ángel de la histeria. Averiguaciones en torno a la cultura popular, la vanguardia y la historia entre 1973 y 1983», Ocaña, Virreina Centre de la Imatge, Ediciones Polígrafa, Barcelona, 2011. pp. 12-69.
[7] Manuel Bohórquez, El cartel maldito. Vida y muerte del Canariode Alora, Ed. Pozo Nuevo, Sevilla, 2009. pp. 31-32. Cita encontrada en: VV. AA., Pedro G. Romero, «Ocaña: El ángel de la histeria. Averiguaciones en torno a la cultura popular, la vanguardia y la historia entre 1973 y 1983», Ocaña, Virreina Centre de la Imatge, Ediciones Polígrafa, Barcelona, 2011. p. 12.
[8] Judith Butler, «Actos corporales subversivos/ Inscripciones corporales, subversiones performativas», El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad, Páidos Studio 168, Madrid, 2011. pp. 253-275.
[9] Ibid.
[10] Ibid.
[11] Ibid., p. 255.
[12] Michel Foucault, Los anormales, Traducción Horacio Pons, Fondo de cultura Económica, Argentina, 2007. Y Michel Foucault, Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones, (selección e introducción de Miguel Morey), Alianza Editorial, Madrid, 2011.
[13] Relativo al pensamiento de Guattari/Deluze. Judith Butler, «Actos corporales subversivos/ Monique Witting: desintegración corporal y sexo ficticio», El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad, Páidos Studio 168, Madrid, 2011. p. 237.
[14] VV. AA., Georges Didi-Huberman «Estrella de los tiempos», La noche española. Flamenco, vanguardia y cultura popular 1865-1936, Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía, Madrid, 2008. p. 163.
[15] Man Ray, Explosante fixe,1934. Centro Pompidou, París. Museé nacional d´Art moderne/Centre de création industrielle. Datación 1994.
[16]Montse Madridejos, Copacabana en Lejos de los árboles : Historias de flamenco. http://www.historiasdeflamenco.com/copacabana-en-lejos-de-los-arboles/
[17] Federico García Lorca, Juego y teoría del duende 1933, Nortesur, Barcelona, 2010. p. 10.
[18] Ibid. pp. 9-34.
[19] Escena Perteneciente a la película de Jacinto Esteva, Lejos de los árboles, 1961-1970.
[20] José Pérez Ocaña falleció a las 4.30 de la madrugada del 18/09/1983, como consecuencia de las quemaduras sufridas durante su participación en la Semana de la Juventud de Sevilla, el pasado día 2 de septiembre.
Blog de Alicia Navarro