Soleá a su ritmo, Niño de Elche/ maquina-cuerpo-ciborg flamenco
1. El tercer régimen: Cuerpo Cyborg o protésico
A mediados del siglo XX empiezan a aparecer nuevas técnicas de construcción del cuerpo y de la subjetividad. Y el régimen disciplinario o biopolítico deja paso al neoliberal, o fármaco-pornográfico como lo denomina Beatriz Preciado[1], en el que se establecen nuevos y distintos tipos de relaciones conflictivas o simbólicas que nominan a un nuevo «cuerpo», el cuerpo cyborg o protésico. Así encontramos una genealogía sexopolítica del cuerpo en su fase actual, en la que un cuerpo para el capital nos lleva a un nuevo estadio político-sexo-cultural en el que se despliegan las actuales cartografías visuales contemporáneas, entre ellas la flamenca, que nos muestran cuerpos (re)sexuados o (des)sexuados por medio de maquinas, cuerpos apéndices, cuerpos protésicos, etc.. En definitiva, y sirviéndonos de nuevo de conceptos de Preciado, una interesante somateca[2] contemporánea a la que ahora se adhieren plásticos, tecnologías y otros apéndices.
Dentro de la genealogía sexopolítica del cuerpo flamenco en la actualidad, encontraos a un cuerpo inscrito por la historia, idea de la que como sabemos ya nos habla Foucault, y que en este caso está hecho con los restos de todos los cuerpos de la historia[3] flamenca. Así que a un cuerpo flamenco dislocado y tanatopolitico, hecho en casi su totalidad por «órganos», sangre y semen, se le adhieren objetos-prótesis que reformulan o generan distintas, diversas y nuevas identidades flamencas. ¿Y no es justamente aquí, dónde encontramos a las prótesis mamarias de Israel Galván, a la Niña de los Cupones, la tecno-pandereta de Rocío Molina, o al Nicho de Elche y sus cantes «ciborgs flamencos»?
2- Ciencia, tecnología y cuerpos feministas
El cyborg entra en la escena contemporánea de la mano de Donna Haraway[4]. Ésta lo define en cuatro partes de un mismo todo: Organismo cibernético, híbrido de maquina-organismo, criatura de realidad social vivida y criatura de ficción. Para entender esta introducción, y el pensamiento de Haraway en sí, debemos tener en cuenta que ésta utiliza el conducto de la ironía. Dentro de las partes en las que desprograma la idea de cyborg, encontramos una correlación casi simultanea entre la primera y la segunda, entrelazándose de tal forma que crean o dan una sola visión o conjunción de hombre y tecnología, que sería más fiel a la idea de Clynes y Kline[5]. Remitiéndonos así a los orígenes del hombre nacido del barro por la mano de un Dios primigenio, un pather familias, o un rey soberano y tanatopolítico, muy en la línea de la tradición occidental y su concepción de naturaleza; en contraposición a la segunda naturaleza creada de la mano del hombre, la tecnología. Y que posteriormente se fundirán en un solo ser ciber-orgánico gracias a las prótesis tecnológicas. Es curioso como Haraway no introduce ni desarrolla en su extensión la idea de prótesis, pero sí juega con la imagen del cyborg para diseñar una estrategia política para los intereses aparentemente disparatados del socialismo y el feminismo. Feminismo, neomarxismo y postmodernidad que cristalizan en el pensamiento y escritos de Donna, como cristalizan los anhelos y reivindicaciones de las mujeres en la construcción del corazón del cyborg. Corazón en el que no-residirán los anhelos sexuados, porque ya no habrá anhelos ni reivindicaciones, no haciendo falta anhelar ni reivindicar lo que uno ya dejará de ser, convirtiéndose así en un otro sin identidad particular definida por su sexo. Pero, ¿Cómo se introduce el cyborg en la escena flamenca socio-sexo-política? ¿Cuándo y dónde residen los cementerios flamenco humanoides? O ¿Quién crea a este nuevo otro? Y una vez creado, ¿Dónde se sitúan las prótesis propias del flamenco, esas que cuando te las pones te convierten en flamenco, y si ya lo eres te conviertes en más flamenco, algo así como «las travestidas» de Esther Newton[6]? ¿Dónde situar a las prótesis que usaron para manifestar su identidad los travestis del barrio chino, los de la españa lumpen y canalla relatada por Francis Carco, las de Miguel Benlloch y su Miguel de la O, a Martirio y sus peinetas, o a la Ocaña? ¿Dónde meterlas?
Sin duda, en este punto de la genealogía sexopolítica flamenca en la que nos encontramos, hay más preguntas que respuestas a formular, pero no es cierto que han de formularse. Porque el «ciborg flamenco» es una realidad, una nueva figura que ya ha entrado en escena. El cyborg flamenco, es en definitiva, un flamenco actual, individuo de cuerpo ensamblado con prótesis, provisionales o permanentes, en él que se introducen las prácticas trans y queer. Y es que, aunque estás prótesis sean en algunos casos «meros adornos», llevan consigo una potencia de necesidad identitaria y modificación clara de la sexuación política del cuerpo; en otras palabras: mujeres, transexuales o queers que reclaman su derecho a habitar como agentes políticos el espacio público/ profesional del flamenco. Y que usan estás prótesis o maquinas, como nuevo código de construcción de la realidad y sus espacios, ya sean tangibles o virtuales.
[1] Beatriz Preciado, Ciclo de conferencias Cuerpo Impropio. Guía de modelos somatopolíticos y de sus posibles usos desviados, Sevilla, Universidad Internacional de Andalucía, 2- 4 de noviembre de 2011.
[2] Archivo cultural histórico vivo.
Somateca/entrevista radio, Beatriz Preciado para el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
[3] VV. AA., Miguel Ángel García, «Fantasías funambulescas», La noche española. Flamenco, vanguardia y cultura popular 1865-1936, Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía, Madrid, 2008. p. 116.
[4] Donna Haraway, Manifiesto para cyborgs: ciencia, tecnología y feminismo socialista a finales del s. XX., 1984.
[5] El término cyborg fue utilizado por primera vez por Manfred E. Clynes y Nathan S. Kline en un documento a los aspectos psicológicos del Simposio de Vuelo Espacial en 1960. Ya en 1995 describen el cyborg como una «auto-regulación de sistema hombre-maquina» [Clynes, M.E & Kline, N.S.: Cyborgs and Space. Gray: “The Cyborg Handbook”. London (Routledge), pp. 29-34.]. Este vocablo es una abreviatura de un organismo cibernético, es el resultado de la fusión del hombre y la máquina.
[6] Esther Newton, Mother camp: Female impersonators in America, University of Chicago Press. Chicago, [Originally published 1972 by Prentice-Hall]
Blog de Alicia Navarro