[Campamento para gitanos itinerantes, Linz, 2014. Foto: María García]
Fecha: 29 de abril, 2016
Lugar: Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Universidad Politécnica de Valencia
Organiza: Grupo de Arquitectura y Pensamiento (GAP)
Programa: VI Seminario de Investigación de Arquitectura y Pensamiento Fuera de plano
Participan: Estudiantes de Arquitectura de la ETSA de Valencia
Enlace a la actividad en la página del GAP.
Se perdió en Valencia se enmarca dentro de Máquinas de vivir. Flamenco y arquitectura en la ocupación y desocupación de espacios, un proyecto de Pedro G. Romero con María García Ruiz y Antonio Marín Márquez, producido por BNV producciones para la Plataforma Independiente de Estudios Flamencos Modernos y Contemporáneos-PIE.FMC en el marco de UNIA arteypensamiento.
Oh, Valencia, Valencia
de mal fuego sea quemada
por balcones y ventanas…
(El moro que se perdió en Valencia, versión de Alonso del Cepillo del Romancero del Cid: El rey Moro que perdió Valencia)
Según cuenta el paisajista Gilles Clément en su Manifiesto del Tercer paisaje existen unas especies vegetales pioneras, que se instalan rápidamente —para luego desaparecer— en los espacios baldíos del paisaje antropizado, esos espacios que son, en potencia, refugios para la diversidad de la vida.
Si seguimos el rastro de los gitanos en nuestras ciudades podremos notar un marcaje parecido. Aparecen y se asientan en los lugares en suspenso, donde no reina la ley o donde si reina lo hace de manera controvertida, territorios marginales, fronterizos o en disputa, poniendo así en evidencia las propias paradojas de la gobernanza del espacio.
Dentro del proyecto Máquinas de vivir, entendemos el flamenco, o lo gitano, más allá de denominaciones étnicas cerradas, como categorías en conflicto que nos permiten cartografiar unas formas de vida que suponen una excepcionalidad con respecto al espacio urbano de la Modernidad. Si atendemos a ciertas expresiones de desobediencia y de ingobernabilidad que se hacen patentes en los usos de los espacios veremos que hay algo que desborda cualquier tipo de iniciativa. Miremos por ejemplo el caso de los gitanos rumanos en el barrio del Cabanyal: sus formas de operar no sólo generan tensiones con la policía sino también con los movimientos locales organizados; atraviesan —mediante distintas estrategias de apropiación y subversión— tanto la noción de control como la de resistencia.
A su vez el flamenco aparece —a pesar de su aparente centralidad cultural y tópica— como síntoma en esos espacios del afuera, de fuera de los espacios de la representación política, fuera de la polis. Y quizás sea para compensar esa falta de representación política que se da una hipertrofia en la representación estética. No olvidemos que los gitanos, además de ser objeto de múltiples representaciones etnográficas, han sido la inspiración de los estilos nacionales en muchos países de Europa, así como el motor de ciertas formas de vida utópicas basadas en la libertad de movimiento y en el no-trabajo. Es precisamente ese nudo entorno a la representación lo que nos interesa, y no para deshacerlo sino para dar cuenta de su densidad, asumiendo el reto que supone pensar y negociar con unas formas de habitar siempre en conflicto con el espacio.
Programa:
16h Presentación general de Máquinas de vivir.
16.15h – 17.30h Proyección de films:
Großstadt Zigeuner, Moholy-Nagy, 1932, 2’28’’
Gitanos sin romancero, Llorenç Soler , 1976, 34’16’’
Bellvitge, Bellvitge!, Julián Álvarez, 1978, 12’
18h María García (espacio social) Casuística de la vivienda social periurbana y “marcas” gitanas.
18.30h Pedro G. Romero (espacio radical) La disrupción situacionista del espacio y sus asimilaciones.
19h Conversación e intervenciones de asistentes al taller.
20h Proyección:
Camelamos Naquelar. Teatro Gitano Andaluz de Mario Maya. 1976. Producción de la RAI. 19’27’’.